
Ley de Protección de Humedales Urbanos
El 23 de enero de 2020 se promulgó la Ley de Protección de Humedales Urbanos, una iniciativa liderada por el Senador Alfonso de Urresti e impulsada por la investigadora principal CEDEUS Carolina Rojas. Esta normativa es la primera que pone énfasis en protegerlos y conservarlos, y la primera que cambia el enfoque de la Ley de Bases de Medio Ambiente, poniendo el foco en el ecosistema y no en la tipología de proyecto de inversión.
Esta Ley es pionera en Chile y en Latinoamérica al definir un “humedal urbano” y asociarlo a estar ubicados total o parcialmente dentro de los límites que establece un instrumento de planificación territorial como un Plan Regulador. En muchas ocasiones, el instrumento de planificación territorial era la gran traba para proteger un espacio de este tipo, ya que no tenía las competencias y/o habían reiteradamente zonificados humedales como áreas de expansión urbana o de desarrollo industrial entre otras.
A poco más de dos años de ese histórico momento, se han declarado 102 humedales urbanos. Eso corresponde a una superficie de 11.400 hectáreas a lo largo de todo el país.

Ley Marco de Suelos
El Centro también generó grandes aportes a la discusión de la Ley Marco de Suelos, que continúa en tramitación en el Congreso y regula la gestión sostenible del uso de los suelos para enfatizar la relevancia de este recurso no renovable. Durante la elaboración de este proyecto de ley, seis investigadores de CEDEUS participaron en una mesa técnica conformada por 50 científicos, técnicos y profesionales.
En el tema de suelos y su protección, además el centro presentó información científica que sirvió como antecedente para que la Cámara de Diputados presentara en noviembre de 2022 un proyecto de resolución por el cual se solicita al Presidente de la República, Gabriel Boric, a que instruya la creación de una normativa sobre calidad de suelo y un registro de suelos contaminados.
Todo esto, tras la presentación de un Documento de Política Pública de CEDEUS donde reveló que en el suelo de la ciudad de Copiapó existen concentraciones de cobre y arsénico de hasta un 90% mayores a lo recomendado en normas de referencia internacionales, así como concentraciones elevadas de elementos como plomo, mercurio y cobalto en otras muestras analizadas puntuales provenientes del área urbana y periféricas de la capital regional de Atacama.